miércoles, 23 de marzo de 2011

DELICATESSEN





Un niño juega en el jardín mientras sus padres lo ven a través del amplio ventanal. El niño lanza su pelota al cielo. Cuando regresa al suelo se escucha un gran estallido. Los padres salen, se tienden sobre el pasto reptando, y comienzan a devorar los jirones de carne desperdigados aquí y allá.






Imagen: Delicatessen, de Noelia Antolín Llorente (España).
Texto publicado en quimicamenteimpuro.

5 comentarios:

Don Iluso dijo...

Una mezcla tétrica entre canibalismo e incesto ¡en un solo párrafo! Solo me queda saber si no fueron los padres los que regalaron al niño esa pelota-bomba.
Muy bien.

Luciano Doti dijo...

Me gusta tu estilo, con mucha imaginación.

josé manuel ortiz soto dijo...

Javier, humor antropófago. Supongo que al acabarse los hijos, habrá que salir a la calle.

Saludos.

quique ruiz dijo...

¿Y las minis de abril, mayo, junio y julio?

Javier Alfaro Martínez dijo...

Buena metáfora, Javier.

Tienes razón; terminamos devorando a los hijos, aferrándonos a la idea de hacerlos a nuestra semejanza.

Saludos.