lunes, 20 de abril de 2009

Puro Cuento - Javier Ortiz


—¡Eres puro cuento! —oigo decir a mi madre mientras sube y baja el cuchillo sobre la carne fresca recién abierta, dispuesta para el desayuno de mi padre. Yo no quiero voltear, ver esa carnicería, sé que me desmayaré. Sólo cierro los ojos y aprieto los dientes.
—¿Pero yo qué culpa tengo? —por fin me atrevo a musitar.
—¡Calla, eres puro cuento! Yo te imaginé, yo te hice, yo te saqué de la nada, y ahora debes morir.
—Pero ¿yo qué culpa tengo? —alcanzo a reprochar de nuevo, antes de recibir el cuchillo sobre la yugula… ¡aaarg!...

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